A lo
largo de la historia de la humanidad se le ha
dado a la mujer un puesto secundario en la sociedad, su función ha sido
reducida a ser dadora de vida como eslabón fundamental en el ciclo de la vida. Sin embargo la mujer
ha demostrado que si bien es importante e invaluable su papel de madre, su
labor no solo se centra en el hecho de la procreación y atención de los niños
sino que además ha demostrado su paridad con el género masculino. Pues ha
desempeñado en la sociedad labores que no hace mucho estaban destinadas de forma
exclusiva para los hombres.
Las mujeres desde tiempos remotos han sido subestimadas, no
obstante han ido ganando espacios en la sociedad con arduo trabajo, vemos como
están preparadas cada vez más para asumir cargos desde los niveles más básicos
hasta la presidencia de los países, han luchado para ganar su libertad de pensamiento
de la palabra acción, para ganar su autonomía y decidir qué hacer con sus
vidas. A pesar de sus grandes avances en cuanto a la igualdad de géneros, siguen existiendo lugares en la tierra donde
culturalmente es inaceptable que la mujer se desenvuelva libremente, con
restricciones que no les permiten estudiar, votar ni desarrollarse por su
condición de mujer. A pesar de ello el movimiento para liberarlas de la
opresión social y laboral, e incluso familiar está en marcha. Mujeres
reconocidas de todo el mundo, organizaciones e instituciones son portavoces de
los derechos de las mujeres y tienen como fin lograr la autonomía de la
voluntad de las mujeres en el mundo.
Las mujeres en Venezuela han tenido
que luchar a lo largo de su vida por derribar diferencias que, por motivos de
sexo, la sociedad utilizó para relegarlas al hogar dejándole al hombre el
protagonismo en lo político y social. Aún cuando durante el proceso revolucionario
esta exclusión ha disminuido, la costumbre ha hecho más difícil su total
erradicación. Sin embargo la elevación de la conciencia política e ideológica
de la mujer en esta década unida a la discriminación positiva que hace el
gobierno bolivariano, permite presumir que aquella irá desapareciendo en los
años por venir.
Hay que resaltar que la mujer
venezolana ha asumido un papel más relevante, si se quiere, que el hombre en el
proceso bolivariano, nunca antes la mujer venezolana había tenido tanta
participación en la vida pública teniendo un lugar preponderante en todos los
programas del gobierno. El apoyo de la mujer a la revolución con respecto al
hombre es mayor y su participación, sin necesidad de acudir a las matemáticas,
es abrumadora en todas las Misiones, sin hablar de su mayor presencia y fervor
en los actos de masas.
Cada día la mujer venezolana se supera
así misma estudiando en todos los niveles académicos con miras a cumplir un
papel preponderante en el devenir de su país. Su capacidad y abnegación le
permite participar como nunca antes, honrando el precepto constitucional que la
soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, en todas las manifestaciones
del poder popular como las instituciones del estado donde las mujeres copan los
poderes públicos tales como el Poder Legislativo, Electoral y Judicial, así
como también la Defensoría del Pueblo y La Fiscalía General de la República.
Los Consejos Comunales, las Misiones y el propio gobierno, son ejemplo donde su
presencia es también determinante.
Cabe destacar que gracias a los
programas del gobierno diseñados a través del Banco de la Mujer, Vuelvan Caras,
Madres del Barrio, etc., las mujeres de los sectores populares que encontraban
dificultades para trabajar, pues tienen bajo su responsabilidad no sólo el
hogar sino también el cuidado de sus hijos, han podido desarrollar pequeñas
empresas sin descuidar la atención de ellos integrándose al desarrollo
productivo del país.
Se viene avanzando también en la
protección de las mujeres para casos de violencia doméstica, tanto física como
sexual, acoso sexual etc. La ley permite recibir denuncias y aplicar mecanismos
de protección sin esperar la actuación de un fiscal ni de un juez. Quedaría
pendiente una despenalización del aborto para completar el cuadro
proteccionista de sus derechos.
No cabe duda que las mujeres
venezolanas han avanzado en la lucha por sus derechos, conquistando espacios
que siempre le habían sido vedados. Su participación es cada día mayor en los
planes estratégicos del país y a ellos se avocan con alegría, dedicación y fe
en el futuro sabiendo que tienen el apoyo, no sólo del gobierno revolucionario,
sino también de la mayoría de los venezolanos que entienden el papel que
juegan, junto a ellos, en la lucha por una Venezuela socialista y solidaria.
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